24 junio 2024
Empieza 2023 y sin embargo tras los primeros dias del mes de enero la motivación suele agotarse y nuestros buenos propósitos se quedan rápidamente en el camino al imponerse la rutina. De hecho, según numerosos estudios, ¡el 80% de los propósitos que se hicieron a principios de año son abandonados antes de febrero! Sin embargo, cambiando nuestro enfoque y aplicando una estrategia de acción, es posible mantener nuestros buenos propósitos.
Establecer un objetivo claro
Para que sus propósitos tengan más posibilidades de éxito, sus objetivos deben ser precisos y programados en el tiempo. Fijará objetivos SMART y pondrá en marcha un plan concreto con fechas de inicio y fin. En lugar de decir «este año voy a empezar a correr», diga «para ponerme en mejor forma (o perder peso), desde el primer sábado de enero voy a correr una hora de 11.00 a 12.00, todos los sábados».
Divida su objetivo en subobjetivos más alcanzables. Si va paso a paso, tendrá menos miedo al «elefante». Comenzará por las acciones más sencillas y avanzará hacia el resultado final. Si progresa de forma constante, podrá alcanzar sus objetivos más rápidamente.
Si, por ejemplo, uno de sus clientes tiene el firme propósito de cambiar de trabajo, llevará a cabo una evaluación de competencias durante su coaching profesional para hacer balance de sus activos. A continuación, hará que estudien el mercado de trabajo para averiguar qué sectores están contratando personal. Una vez hecho esto, puede buscar un curso de formación adecuado. El siguiente paso será encontrar financiación, y así sucesivamente, hasta el objetivo final: encontrar trabajo en su nueva profesión.
Los buenos propósitos serán más alcanzables si son «verdes». Es decir, responsables y realizables. Por supuesto un Coach puede animar a un cliente a conseguir un objetivo ambicioso, si detecta en él un perfil ambicioso y le gustan los retos. Para no desanimarse, es mejor apuntar un poco por debajo de sus capacidades para obtener más rápidamente sus primeros resultados. Una victoria rápida, como dicen los anglosajones. Así que si su cliente quiere empezar a correr aunque no sea muy deportista, puede empezar suavemente corriendo sólo 15-20 minutos una o dos veces por semana. Cuando se sientan más cómodos, pueden aumentar gradualmente el tiempo de carrera.
Poner sus palabras por escrito o teclearlas en tu smartphone le da una sensación de compromiso con algo concreto. Piense en las tácticas y los pasos para alcanzar tu objetivo y anótelos en un cuaderno. También puede crear un calendario con las fechas y horas en las que se centrará en esta acción. Esto facilitará el seguimiento y la medición de sus progresos.
Así que, si su propósito es reducir el estrés en el trabajo y en su vida personal, escriba y organice todas las acciones que debe emprender, paso a paso, y planifíquelas. Por ejemplo: 1. entender por qué se estresas y en qué situaciones, 2. aprender ejercicios de relajación o respiración, 3. buscar una clase de deporte para relajar el cuerpo, 4. apuntarse a una clase, 5. comprarse el equipo, 6. ir a clase e ir todas las semanas, 7. aprender a dormir mejor, etc.
Usted se conoces mejor que nadie. Teniendo en cuenta su personalidad y sus experiencias pasadas, intente anticipar los momentos en que puede desviarse de su meta. Por ejemplo, si quiere reducir el tiempo que pasa frente a una pantalla pero sabe que es adicto al móvil, guárdelo en el bolso o fuera de su alcance cuando esté en la mesa o en compañía.
Y si se vienes abajo, sea indulgente consigo mismo: es sólo un pequeño contratiempo que no afecta a su objetivo final. Puede compensarlo en otro momento del día o de la semana. Así que no se rindas a la menor desviación. Se necesita tiempo para que una acción se convierta en automática y, por tanto, en un hábito.
El ser humano es un animal social. Para ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos, necesitamos apoyo, sobre todo cuando se trata de hacer algo que puede parecer difícil, ya sea conseguir un ascenso o perder peso. Involucrar a una o más personas con las que pueda hablar de sus progresos y dificultades puede ayudarle a aumentar sus posibilidades de éxito. O, quién sabe, puede que alguien que conozca (colega, amigo, familiar) tenga los mismos objetivos que usted. Podrían apoyarse mutuamente.
Recompénsese por cada paso que dé: un buen restaurante con su familia, zapatos nuevos, un fin de semana en la playa, etc. Elíjalos cuando defina su plan de acción. Esto le ayudará a visualizar sus pequeñas y grandes victorias con aún más placer.
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