24 junio 2024
Como coach, podemos sentir que nos convertimos en un coach malabarista con nuestras muchas y variadas actividades sin querer rendirnos nunca; como un malabarista con sus muchas pelotas. Empezamos el día con una sesión de coaching y al minuto siguiente estamos creando una nueva página en nuestro sitio web. Luego nos dedicamos a sondear a algunos clientes, después a nuestra supervisión y, por último, nos ocupamos de nuestras cuentas y actualizamos nuestra página de LinkedIn. En resumen, ¡nos pasamos el día haciendo malabarismos!
Es fundamental nuestra capacidad de polivalencia: la polivalencia es nuestra realidad cotidiana. Por un lado, nos mantenemos al día de la evolución de nuestra profesión, nos formamos, somos miembros de un grupo de intervisión y, por otro, llevamos a cabo nuestras sesiones de coaching individuales y de grupo. Como coach independientes, desempeñamos nuestro papel de coach y a la vez nuestro papel de empresarios, lo que también nos lleva a pensar en nuestra clientela, nuestros clientes potenciales, nuestro público objetivo, nuestra visibilidad en las redes sociales; llevamos el sombrero operativo de la persona que gestiona su agenda de citas, su eficacia profesional y necesita facturar a sus clientes a tiempo.
A veces, el éxito de la jornada puede ser complicado; de hecho, el éxito de un día de trabajo como coach autónomo implica realizar tareas tan numerosas como variadas. También hay que hacer malabarismos a corto, medio y largo plazo. Tenemos que actuar día a día, al tiempo que anticipamos soluciones a los obstáculos existentes y planificamos nuestro futuro profesional.
¿Cómo seguir haciendo malabarismos con todas estas bolas sin que se nos caigan? Una buena manera es, sin duda, establecer prioridades y abordar las tareas una tras otra. Recuerda: ¿Cómo se come un elefante? Un bocado cada vez, naturalmente.
La matriz de prioridades de Eisenhower es una herramienta poderosa. A veces tenemos la oportunidad con nuestros clientes… Y por qué no dividir nosotros mismos nuestra «lista de cosas por hacer» en estos 4 cuadrantes.
¿No está el secreto en anticipar lo «importante» para evitar saturar el cuadrante «urgente e importante»?
En nuestras prisas diarias, podemos tender a querer hacerlo todo a la vez. Así que, en aras de la eficacia, dediquemos tiempo a priorizar nuestras tareas y esforcémonos por avanzar paso a paso. ¿Es usted una persona de mañanas o de tardes? Entonces organicemos nuestra jornada reservando las franjas horarias adecuadas para cada tipo de actividad: responder a nuestros correos electrónicos, hacer prospecciones, realizar nuestras tareas administrativas, llevar a cabo nuestras entrevistas de coaching. Si esta organización se convierte en rutina, puede aliviar nuestro estrés y aumentar nuestra eficacia profesional.
Nuestra mente puede tener tendencia a escapar del «aquí y ahora»: pensamos en nuestra reunión del día anterior, tememos acabar el mes en números rojos, nuestro cliente no responde a nuestra propuesta de venta, las notificaciones de las redes sociales no paran en todo el día…
Una forma muy sencilla de reconectar con el presente es practicar un ejercicio de respiración rápida, por ejemplo: inspirar contando hasta 5, luego espirar contando hasta 5; repetir este ejercicio varias veces. Y para recordarnos este «regulador», no dudemos en añadir a nuestra agenda una cita recurrente con nosotros mismos.
Para no perder de vista el desarrollo de sus habilidades de coach a la vez que realizan malabarismos con su organización cotidiana, descubran en la tienda el juego de cartas : «Desarrolle sus competencias de coaching».
(cc) Misherramientasdecoaching 2022, artículos libres para copia y distribución sujetos a mención y enlace a la fuente original.
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