26 febrero 2024
Desde el final de los años treinta, vivimos en un mundo de cambios perturbadores que se intensifican en profundidad y con frecuencia: las crisis económicas, la globalización, la revolución digital, la revalorización de los mapas geopolíticos, las crisis climáticas, sanitarias y alimentarias…. Nuestras sociedades están sometidas a duras pruebas, al igual que las empresas.
Los «proyectos de transformación» o de gestión del cambio se han multiplicado en las organizaciones desde la década de 1990. Cada vez más complejas, tratan de adaptar todas las estructuras formales e informales de la organización a las limitaciones del entorno, con el fin de mejorar su rendimiento o simplemente sobrevivir a la competencia. Muchos de estos proyectos están demostrando ser un fracaso. No porque los proyectos estuvieran mal gestionados, sino porque no había suficiente apoyo humano para el cambio.
Desde entonces, la gestión del cambio se ha convertido en una oferta clave de las consultoras para asegurar la implementación de transformaciones organizativas, culturales o digitales. Sin embargo, a pesar de estos factores de cambio, muchos proyectos no están logrando sus objetivos. Esto se debe a que la gestión del cambio sigue siendo bastante vertical y la mayoría de las empresas no consideran que las personas a las que se les pide que cambien deben ser los actores de su propio cambio. En resumen, no se tienen en cuenta los aspectos informales de la organización que transmiten las mismas personas que constituyen la razón de ser de la empresa y el factor clave del rendimiento: ¡los empleados!
Para su conferencia anual de 2018, la EMCC, una asociación de coaches profesionales, tomó como tema el liderazgo del cambio y presentó: «El elogio a la metamorfosis». Las empresas necesitan coaches para apoyar el cambio, pero no siempre lo saben… ¿Por qué los necesitan? Porque los coaches dominan la dinámica del cambio individual y colectivo, porque saben que los empleados son los mismos, pero que podemos ayudarles a encontrar formas y soluciones para que la transformación se realice a través de ellos. Es más, las empresas ya lo hacen en el caso del coaching individual, grupal y de equipo.
Uno de los talleres de la conferencia se tituló: «Repensar el valor añadido de su oferta: atreverse a cuestionar sus propias representaciones». Los coaches tienen un gran interés en el campo de la gestión del cambio para ayudar a las empresas a ser más eficientes, poniendo a las personas en el centro de su desarrollo.
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