¿Cómo podemos desarrollarnos y vivir felices para apoyar mejor a nuestros clientes?
«Conócete a ti mismo», dice Sócrates. No podemos vivir felices si no sabemos qué nos conviene y qué no nos conviene. Cuidar de uno mismo se reduce esencialmente a conocerse a sí mismo. Para lograrlo, un maestro indio del siglo XX, Ramana Maharshi, nos invita a preguntarnos: ¿Quién soy?
1) Para vivir felices, seamos curiosos
La cuestión de nuestra identidad es sin duda una de las más importantes de nuestras vidas. Sócrates también dijo que una vida sin reflexión de uno mismo no merece ser vivida.
¿Pero quién soy yo aparte de mi nombre, mi profesión, mi rol familiar y social? ¿Quién es el que está respirando ahora mismo? Las crisis, los replanteamientos, las enfermedades pueden hacer surgir espontáneamente la pregunta: ¿Quién soy?
2) Para vivir felices, vivamos con lucidez
Todos pensamos que ya nos conocemos. Como coaches, el autoconocimiento requiere que sepamos cómo desprendernos de toda la información superflua y externa. Requiere que miremos de nuevo lo que creemos conocer bien: las influencias de nuestra cultura, normas, creencias, hábitos… para acompañar a nuestros clientes en su propio camino y no atraerlos al nuestro.
Conmocionados por las imágenes del mundo, sabemos más sobre el exterior y muy poco sobre nosotros mismos. ¿Cómo podemos aprender a distinguir la parte consciente (lúcida) de nuestra experiencia de la otra parte impulsada por deseos conscientes e inconscientes? Es difícil mantener la objetividad. Separar lo verdadero de lo falso. Sin embargo, cada pregunta bien hecha permite el asombro. Cada momento de conocimiento de nosotros mismos nos transforma: más lúcidos, estamos más satisfechos
3) Para vivir felices, prestemos atención
Cuanto más cultivamos la atención al momento presente, más desarrollamos nuestra serenidad y alegría de vivir. No hay mejor manera de vivir el momento presente que estando atentos. ¡Pero esto no es innato! Se puede aprender: estar atento a nuestro vocabulario, a nuestro estado de ánimo, a nuestras emociones, a nuestro cuerpo, a nuestra postura nos permite desarrollar nuestras habilidades para apoyar a nuestros semejantes.
Para apoyar a nuestros clientes, trabajemos en nuestro desarrollo personal
Ser un coach no es como ser un consultor (el que aconseja) o un profesor (el que enseña). Tenemos la responsabilidad de conocernos bien en el sentido de que «trabajamos con seres humanos» mucho más complejos que su comportamiento en su conjunto. Qué gratificante y emocionante es ver las estrellas brillar en los ojos de nuestro cliente, cuando hemos hecho nuestro propio trabajo interno para iluminar mejor el suyo.
Para ayudarle en su desarrollo personal y en el de su cliente, Utilesdelcoach le propone nuestra guía: «Los secretos de la abundancia»
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